Nací entre salitre, volcanes, y el pico más alto de España, en Tenerife. No le desearía mi infancia a nadie, pero sinceramente, gracias a ella comencé a leer por lo que he de dar gracias. Mi mayor deseo para cualquier persona es que sean capaces de encontrar amigos como los que he encontrado yo. Porque mi tiempo no se mide en fechas, sino en las sonrisas de aquellos a los que quiero. Estoy enamorada del motor del mundo: el amor. Soy una idealista, según dicen por ahí tengo falta de cordura y mi vocación es la antropología.