¡Todo está vivo!

Tus palabras son las llamas que abrasan
todo cuanto el corazón admira.
Sólo puedes decir
lo que ya ha dejado de ser.

Ábrete y que la Belleza te acaricie
en el silencio de tu alma.
Y permite que se vaya libre, tal como llegó.
No la reduzcas a cenizas
tratando de alimentar el insaciable
fuego de tu mente.

¡Observa y calla!
Los árboles te susurran misterios sin decir nada.
¿Podremos hablar como ellos
sin matar todo cuanto decimos?

¡Ríe y canta, pero no digas!
Sólo así alumbrarás tu camino
sin quemar el bosque.
¡Ahora escucha su canción!


Encendí mi vela para buscarte

Salí presto dejando mi palacio atrás
con tus melodías ahogando
mi pecho herido de Amor.
Nada me llevé y Todo recibí
en unas manos pequeñas y pobres.
Pero cometí un error fatal, pues
encendí mi vela para buscarte.

Por miedo no confié y por miedo me perdí
de camino a las costas del Mar del Silencio.

Por templos y bosques; caminos y pueblos
lloré y me arrastré llamándote. Pero Tú no venías.
Solo y afligido te esperé mil noches
y tampoco acudiste en las doradas horas de crepúsculo.
Exhausto me dormí. Y esperando oír tus pasos
encendí mi vela para buscarte.

Tú me acariciaste el cabello con tu brisa
pero yo me levanté en medio de un fuerte viento.
Ciego caí y mi vela se apagó
dejándome a oscuras en el frío de la noche.

Abrí los ojos y te vi sonriéndome.
Y ya sin la luz de mi miedo, vi al fin
la senda oculta bajo la suave luz de la Luna.


¿A quién llamas Desconocido?

¿A quién llamas Desconocido
sino a aquello que duerme en tu corazón?
¿No es ese el nombre que le otorgas al velo con el que cubres
las partes más profundas de tu Ser?
¿No te embriaga el vino del misterio al saber que
siempre serás un Desconocido para ti mismo
hasta el fin del tus días?

Anda, no temas y levanta esta sutil tela.
Eres tú quién creas la Vida y la Muerte a tu alrededor.
Pero si por una vez no huyes de la Muerte y la miras a los ojos,
ella te devolverá la mirada y no habrá ya separación.

Entonces irás a las lejanas tierras del Desconocido.
Admirarás sus cantos, sus atardeceres y sus brumas.
Todo el viaje soñarás con sus perfumes y gentes distintas.
Y cada paso te llevará más y más lejos
pero, a la vez, más y más cerca…

Para que cuando llegues y bebas de las aguas de sus estanques
te encuentres solamente contigo mismo.
Tú eres tu mayor misterio, fuente de inagotables secretos.

El camino es siempre hacia tu propio corazón,
pues allá adónde vayas allí te encontrarás.
Lo llamarás con mil formas y nombres,
pero siempre serás tú mismo.

Y al llegar sabrás que
no existen el miedo ni la duda.
Pues todo el viaje ha sido para enseñarte
que el Ser se manifiesta con Amor Infinito
de igual manera en el dolor y el gozo.
Y que no hay fronteras, ni diferencias.
Que Vida y la Muerte son dos palabras
para cantar los dones de un sólo Misterio.

Por ello deja que tu interior explote
en un mar de lágrimas al llegar al Destino.
Entonces y sólo entonces
te darás cuenta del regalo que supone
saber que siempre has estado viajado dentro de ti mismo:
en la tierra fértil de lo Desconocido.