EL PLACER DE LA LECTURA
El placer de la lectura en agosto se multiplica. Los sentidos del verano en el libro se reflejan. Te metes de lleno en la historia que narra, persigues el libro a toda hora y sus letras te llaman para que las leas y las quieras. Lees sin sueño, pasas las hojas con calma y hasta meditas con él, porque sus páginas te encantan, porque en vacaciones tú y tu libro sois grandes amigos. Se convierte en una de tus prioridades, te acompaña a la playa, a la terraza, a la siesta y de buena mañana. El reloj no nos molesta, el despertador no suena y en un momento te meriendas más de cien páginas sin mediar palabra. Seleccionas con cautela que libro leer porque sabes que te va a absorber y llega un momento en que tu mirada está tan fundida en la lectura que crees que ni respiras. Pero sí, el viento sopla suave, respiras despacio, el atardecer llega y los niños a los lejos juegan. Y ahí está el relato en tu cabeza, por un tiempo en tus manos, convives con unos personajes fascinantes y unos paisajes antes desconocidos y ahora familiares, en ellos entras y sales, como cuando se abre y se cierra un escenario y con ciertos personajes te comparas porque en ocasiones viven historias similares a la tuya o que te gustaría vivirlas. Y todo esto porque es agosto, porque estás de vacaciones y todo sabe mejor, todo se siente y disfruta al dente. ¿Qué te apetece? ¿Una lectura de narrativa? ¿Algo de poesía? ¿Un thriller criminal? ¿Una novelita romántica o volver al siglo XV con reyes y caballos, con castillos y magos? El mercado es amplio y seguro que el mejor de los libros cae en tus manos, porque la sincronía cuando el mejor libro buscas y el que necesitas aparece de repente delante de tu vista. Lo ves en la biblioteca, te lo recomienda tu compañera, o aparece en las novedades de la revista y por él te decides. Y te dices ese es el que quiero, ese libro voy a tener este agosto por compañero, será tan fiel que con él me acostaré y me levantaré y cuando lo termine a por otro iré, lo recordaré con cariño, pero otra lectura apasionante seguro me espera. Porque es un placer leer y te enseña mundos y cosas nuevas que aprender. El olor de un viejo libro a alguien te recuerda y el de uno nuevo te refresca. Con él viajas, con él te escapas, la imaginación vuela y la mente se despeja. Ya diviso desde aquí ese libro, esa hamaca, ese limón granizado y una tarde entera tumbada leyendo relajada. Me gustaría siempre leer como lo hago en agosto, saborear cada página y masticar bien las letras en cada buen libro sabiamente impresas.
EL BOLSO DE MI MAMA
Es mágico, lleva todo lo necesario, es grande, caben pelotas, juguetes y duendes. Si están de moda las peonzas, peonzas lleva y si toca hacer pulseras con miles de gomas sueltas se tropieza. Tiene dentro una farmacia, una fuente siempre con agua, pan para las palomas y libros para leer entre horas.
En él, archiva circulares del colegio, recetas del médico y papeles suyos del trabajo. Cuando los necesita ¿Cómo los encuentra? ¿Tiene una agenda perpetua en su cabeza, un detector de citas o un sexto sentido que la avisa?
Cada tarde, cuando llegamos a casa nunca encuentra las llaves y lo mueve y golpea y caen todos sus papeles y nos dice que lo está ordenando hace meses. Y, entre cromos, tazos, y secos pelotazos aparecen las llaves del auto, pero no las de casa, que se esconden entre sus gafas ralladas, su móvil descargado y su tremenda agenda.
Y ella, se considera ordenada, aunque por el contenido de su bolso parezca una desastrada. Y aunque mi joven mamá vaya bien arreglada y se sienta la más guapa, su bolso la delata. Nunca encuentra tiempo para arreglarlo, sólo cuando rebosa papeles, pesa quintales o cambian las estaciones.
¿Será hermana de Mary Poppins? cualquier día nos saca de él una lamparilla o una linda gatita.
Si llevara una maleta por bolso la llenaría enseguida, si fuese un bolso pequeño, los bolsillos de sus pantalones explotarían, así que siempre nos cuenta que para el próximo año hay que cambiar de tamaño.
¿Y que será lo más extraño que ha metido mi mamá en su bolso? ¿Una naranja azucarada y fresas con nata troceadas? ¿Bocadillos de nocilla para nosotros y nuestros amigos una tarde de cumpleaños junto con una fanta de 2 litros? ¿Calcetines mega sucios porque nos los ha cambiado al salir de jugar del parque de las bolas?
Continúa metiendo toallitas de bebé aunque tengamos 7 y 9 años y trombocit por si nos hacemos daño. Sólo necesita un hueco o bolsillito más para el balón de fútbol que siempre nos acompaña, pero ya sería demasiado para sus finos brazos y sus hombros poco musculosos.
Así es mi mamá, para nosotros la más genial y su bolso completo, como los mejores hoteles que siempre están llenos y aunque todo lo que quisiera no quepa en su gran bolso, todo cabe en su corazón que guarda para sus niños grandes tesoros y sus especiales tareas su bolso las revela.
¿POR QUÉ PILATES?
¿Por qué está de moda? ¿Por qué se parece al yoga? ¿Por curiosidad o por necesidad?
Día a día gana adeptos en Europa y ya no sólo se practica en Estados Unidos. Con su práctica mejora la postura, se relaja la musculatura y la mente se detiene en el presente.
Gimnasia slow, con sweet movements and easy smiles. Parece que Joseph Pilates te invita a sus clases y a conocer sus ejercicios interesantes y desestresantes. Porque el tiempo vuela, porque el mundo corre y Pilates te frena. Ampliando tu conciencia corporal, es como un masaje sin manos y una ducha caliente sin prisa y cuando sales de clase la espalda esta recta, tu pequeño espacio ya no tiembla y la serenidad al caminar te llega. Buscas un cierto equilibrio y lo encuentras y tienes ganas de una próxima cita con este nuevo método que te sorprende y gusta más cada día.
Y el experto osteopata añade: “aumenta la flexibilidad, la agilidad, el equilibrio y la coordinación de movimientos, mejora la alineación postural y corrige hábitos posturales incorrectos, permite prevenir y rehabilitar lesiones del sistema músculo-esquelético y mediante la respiración y concentración se logra un estado de relajación global, permitiendo disminuir el estrés y la tensión muscular”.
Y la convincente profesora relata: “cuando llevas unos cuantos años observando a los alumnos que practican esta disciplina u otras similares, percibes que es su estilo de vida, sin prisas, sin excesos ni complejos, sin comparaciones, ni ostentaciones. Les gusta tanto y les sienta tan bien que afirman que han encontrado su deporte”.
Pilates, yoga, taichi, chi kung, Oriente se instala en Occidente, disciplinas saludables y recomendables. Sin límite de edad para empezar o practicar, para disfrutar y apreciar. Parece que quien prueba repite y siempre sonríe, como la famosa figurita del “Buda sonriente” o “Buda feliz”, al que es imposible mirar y no devolverle la sonrisa.
VIVIR CON CONCIENCIA
Empiezo a vivir con conciencia, pausada y calmada. La madurez ayuda, la meditación es mi medicina y la lentitud mi ciencia. Oigo mis lentos pasos, mi respiración profunda percibo el ambiente y contemplo las nubes del día presente. Escucho ahora al otoño y olvido al verano, no espero con ansia el invierno y cuando llegue la primavera ya olfatearé su esencia. Hoy es mi compañero, ayer fue un pasajero y mañana un duende esperando al momento presente. Soy consciente de mi cuerpo y percibo las trampas de mi mente. El corazón me guía y la prisa ya no lo domina. Siento la brisa del viento suave, escucho el canto del pájaro madrugador, admiro las palabras lentas pronunciadas por gente despierta y me encanta el abrazo pausado de ese amigo esperado. Y con todo ello, recompongo mi vida, acepto mi fragilidad y vivo poniendo una sonrisa perenne en mi destino. ¿Llegaré lejos en mi camino? No lo sé, pero al menos viviré de pleno. Con pleno deseo, con absoluto recreo, con pacientes letras escritas en mi apaciguada vida. Porque ya corrí, porque ya escuche al ignorante, porque viví de apariencias y de falsos mensajes, con prejuicios vanidosos y mensajes erróneos. Hoy no me importa el que dirán, hoy sólo escucho a mi corazón, no juzgo a nadie y de todos aprendo, no me comparo con nadie porque todos tienen su estrella, la buena, la mala o la poca apreciada. Todos luchan, muchos sufren, unos viven y otros sobreviven. Yo solo quiero vivir, luchando o sufriendo, pero con conciencia pasajera y sobre todo disfrutando y buscando la consciente armonía, la belleza de la vida, las proezas de los valientes y la ilusión de los fuertes.