Memorias de la ceniza

La guitarra ilumina
estol muerde nostálgico dolor
cuerdas abrazan
miradas besan con temblor.
quema
Melancolía.


Sepultada por la aurora

Sepultada por la aurora.
Entre el mercurio de espinas,
cuelgan las nubes una soga.
Sobre la pálida sombra dormida.
Donde se queman los tesoros
de la piel que ya no aflora.
Y se acomodan los esqueletos
bajo un manto de melisa.
Sobre la triste hora repentina.
Donde la calavera se deshoja
entre el gusano y la arcilla.
Sepultada por la aurora.


De blanco, naranja y beige

De blanco, naranja y beige,
te dibujo en mi memoria
como quien describe a un fantasma.
Através de mi nostalgia
brota un humo
negro muy verde,
armado por un tono
de estrellas caducadas
y expulsadas de la noche.
Un paisaje triste sin horizonte.
Ahora ya ha pasado la fiebre,
pero tú te borras
y en el cielo
un infierno llora
desconsoladamente.
Yo acabo de fumar,
y me pierdo en mi oscuridad
enchufado a unos acordes.
Todo se difumina a mi alrededor.
Nada tiene color.
Nada.
Y España se derrite.
Tal vez cuando vuelvan las luces
a consumir las nubes negras,
quizá vuelva a volar la vela.
Quizá un nuevo amanecer
nazca para no morirse.